lunes, 22 de agosto de 2011

La juventud se nos va... por Swanny Alba Meran

Si de algo debemos estar conscientes es que venimos a este mundo con un propósito divino del cual, conozcamos o no, siempre debemos mantenernos activos en cuanto a lo que nuestro Señor quiere de nosotros.

La juventud es una etapa muy importante en cada ser humano, es la etapa en donde se tiene mejor salud, gran creatividad, mucho dinamismo y es donde cada uno es arquitecto de su propio futuro, ya que dependiendo de las decisiones que tomemos en nuestra juventud repercutirá en el futuro ya sea para bien o para mal.

El otro día me detuve a pensar en un joven vecino y me da tristeza su situación, ese joven no estudia, no trabaja, tiene un niño al cual educar y alimentar, el cual pareciera no importar contar con esa responsabilidad; me llamó a la atención porque comenzó a asistir a nuestro grupo juvenil y desde luego, que no ha sido para nada sincero con nosotros y sé que es así porque somos vecinos muy cercanos y de toda la vida, eso me entristece ya que con su actitud nos demuestra que no quiere ayudar en verdad en la labor que Dios nos encomienda a nosotros. Aunque posee todo el tiempo del mundo para hacer todo lo que desee no lo hace, es un caso típico de nuestra sociedad donde como jóvenes no nos damos cuenta que la juventud se nos va, que debemos aprovecharla al máximo.

Por eso mis queridos jóvenes, quiero que reflexionemos sobre lo que el Señor Dios dice de ese período maravilloso que es la juventud. “Alégrate, joven, en tu mocedad, y tome placer tu corazón en los días de tu juventud. Sigue los impulsos de tu corazón y el gusto de tus ojos; mas sabe que por todas estas cosas, Dios te traerá a juicio. Por tanto, aparta de tu corazón la congoja y aleja el sufrimiento de tu cuerpo, porque la mocedad y la primavera de la vida son vanidad. “Eclesiastés 11:9-10.

Lo triste de la situación es que hay muchas personas que hoy en día se quejan o se lamentan de no haber aprovechado su juventud, ya que en ella decidieron tomar caminos que los llevaron al fracaso en su familia, estudios o hasta el punto de arruinar sus más anhelados sueños.

Empero, no vivas por vanidad, no desaproveches tus fuerzas, tus habilidades, tus conocimientos, tu hermosura, tu fama, fortuna. Todo eso te lo dio Dios y te lo puede quitar de un momento a otro o te lo quitará poco más adelante, porque como dice la Palabra de Dios, nada trajimos a este mundo y sin dudas nada podremos sacar.

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