la merced

La Vida pide algo más que pasar y pasar... LA MERCED: ¡UNA RESPUESTA!

El que no conoce una cosa no puede amarla. Quien no conoce a una persona no puede enamorarse de ella. Quien no ha leído un poema no puede emocionarse con su belleza. Sólo por eso te invito a conocer y a descubrir el camino mercedario. Hay muchos jóvenes, como tú, que un día se acercaron, vieron y se emocionaron. Hoy son mercedarios y mercedarias orgullosos de serlo y agradecidos por aquella oportunidad. No pierdes nada por conocerlo y puedes ganar mucho. Sólo buscamos gente libre, muy libre, para una aventura como ésta.

La Merced tiene vocación de futuro porque la tarea de la libertad es irrenunciable en medio de las preocupaciones más vitales del hombre y de la mujer. Por eso nos acercamos a ti, para ofrecerte la posibilidad de unir tus fuerzas en esta tarea liberadora, de dejarte seducir por este soplo fresco del Espíritu que nos convoca a la libertad. Esta familia mercedaria no es un capricho del tiempo o una ocurrencia sin pies ni cabeza.

Tiene ¡800 años! de historia y está formada por quince familias religiosas. La Merced puede presentar orgullosa 800 años de trabajo por la libertad. Y esta vieja historia no ha conseguido hacernos viejos porque la Merced está formada hoy por hombres y mujeres de hoy, que quieren caminar al ritmo de los tiempos y latir con el corazón de esta humanidad.

El primer paso tienes que darlo tú, porque tuya ha de ser la iniciativa. En nosotros encontrarás apoyo y compañía. Pero sólo tú puedes dar el primer paso. Así son las cosas de Dios, muy libres, absolutamente libres, para que puedas sentirte protagonista y feliz de elegir tu propio camino.


Hasta el ciento por uno, dice el Evangelio, puede fructificar el grano de trigo enterrado. “El que deja casa, tierras, familia, por mí y el Evangelio, recibirá en esta vida cien veces más, con persecuciones, y después la vida eterna” “¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero si pierde su vida?”

En República Dominicana, cuna de la Merced en América, sigue encendida la llama de la Libertad… Ahora necesita de ti… Dios te llama… ¿Qué respondes? “Ser libre para liberar” podría ser, también, tu lema… ¿Te animas?