domingo, 27 de febrero de 2011

27/2 Evangelio y Vida por Fray José Muñoz, mercedario

¿CUALES SON TUS DOS SEÑORES?

Tarde o temprano tenía que llegar. Se había querido convencer a si mismo de que podía bregar con la situación sin ningún problema. Era cuestión de coordinar los movimientos para mantener el equilibrio.

No habían faltado quien le dijera que eso no se podía mantener indefinidamente, que estaba jugando con fuego, pero el tenía confianza en superar cualquier dificultad.

Tenía que reconocer que en ocasiones era un poco angustioso y estaba ajustado con el tiempo. No eran pocas las veces que tenía que inventarse una excusa para justificar que no pudiera llegar a tiempo o se tuviera que marchar un poco antes.

En más de una ocasión había percibido de reojo las miradas de duda que dejaba tras su marcha repentina, pero siempre conseguía mantener sus compromisos, aunque cada vez disfrutaba menos por la tensión de no poder completar a plena satisfacción lo que se proponía.

Había llegado la hora de la verdad, y tenía que hacer su elección: dedicar la mañana del sábado como lo hacía habitualmente a los niños, lo cual le llenaba de satisfacción porque se sentía realizado y descubría todo el bien que podía hacer, sintiéndose útil, o acudir a la llamada del cabecilla del barrio que había preparado una acción a la misma hora y había convocado a los miembros de la banda. Con el se sentía fuerte y el jefe pertenecía a una familia influyente que le había abierto las puertas a más de uno con un buen trabajo, no convenía estar en contra de él.

Seguir disfrutando del presente realizando una buena acción o prepararse un buen futuro para evitar preocupaciones y miserias. Apenas tuvo un momento de duda y supo que debía elegir.

¿Y tú, que elegirías?

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