lunes, 10 de enero de 2011

SEMILLAS PARA VIVIR por José Alberto Hidalgo O.P.

 
Queridos sembradores, hemos comenzado ya la segunda semana de enero, quisiera que al comenzar el año lo hiciéramos bendiciéndonos, bendiciendo a Dios, a la vida, a la creación, a la familia, a los amigos, a las personas que encontremos por el camino de la vida, bendecir es desear bien…es un lindo propósito para este 2011: BENDECIR y recordar que en bendición original fuimos creados.

Les dejo hoy con la historia de una de bendición que me hace bien, les dejo pues con este regalo bendito. Les bendigo:

Fr. José Alberto OP

La bendición de San Francisco al hermano León


El Señor te bendiga y te guarde;
te muestre su faz y tenga misericordia de ti.
Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz.
El Señor te bendiga, hermano León.

La bendición que escribe Francisco, poco después de la impresión de las llagas, es la bendición solemne sacerdotal del libro de los Números (cfr. Núm. 6, 24-27).

Estando el hermano León atormentado por una terrible tentación, guardaba la esperanza profunda de que las palabras del Señor junto a algún manuscrito del hermano Francisco le retornarían la calma. Sin embargo no se atrevía a revelarle tal deseo a su santo hermano mayor. Sin embargo el Espíritu de Dios inspira a Francisco de Asís a escribir y entregar a su fraile las siguientes palabras:

"El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su faz y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su rostro y te conceda la paz. El Señor te bendiga, hermano León".

Y hace la siguiente acotación:

“Toma para ti este pliego y consérvalo cuidadosamente hasta el día de tu muerte”. Al instante desaparece del todo la tentación” (2C. 49).

El escrito finaliza con el bien amado signo de la TAU.

La bendición al hermano León no es original de San Francisco, sino que la repite de un texto del Antiguo Testamento, (cf. Núm 6,27b)

El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su faz y tenga misericordia de ti. Vuelva su rostro a ti y te dé la paz. El Señor te bendiga.

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