jueves, 22 de julio de 2010

25/7 Evangelio y Vida por Fray José Muñoz, mercedario



PEDID Y SE OS DARÁ

Los pollitos corrieron como cada mañana a la puerta de la cerca a la espera del granjero que traía el maíz, triturado, que tanto les gustaba, pero después de algún tiempo no pasó nada, ni el granjero ni alguien enviado por él les había traído el suculento maíz.

Algunos comenzaron a quejarse refunfuñando por lo bajo, otros comenzaron a decir que quizá habían hecho algo mal que hubiese molestado al granjero y este les castigaba sin comer. Algunos se acercaron al gallo más experimentado y sabio, y éste les dio un discurso, afirmando que eso en sus tiempos no pasaba. Otros fueron en busca de las gallinas que están más al tanto de todo lo que concierne a la comida. Unas decían que no les molestaran, que bastante tenían ellas con poner huevos, otras reclamaban un poco más de juicio, algunas apelaban a la santa paciencia, a veces hay que conformarse con las cosas, si el granjero no había traído comida sería por una buena razón. ¡Es que la juventud de hoy no puede esperar, todo lo quiere ya!

Los pollitos estaban desanimados y hambrientos, solo uno de ellos no había participado en este interrogatorio, y sonriendo (si es que lo pollos saben sonreír), llamó a sus hermanos y les explicó su plan.

- Lo que tenemos que hacer es cantar, pero tenemos que acercarnos a la casa del granjero-

Algunos, aunque escépticos, le siguieron, pasando por un agujero de la cerca, hasta la puerta del granjero, y a coro comenzaron su monótono canto: pío, pío, pío, pío, pio…

El granjero que se hallaba recostado en un diván con un monumental dolor de cabeza al escuchar el desagradable e insistente piar experimentó un intenso dolor, se fue al armario y tomó una funda de maíz que arrojó por la ventana, y de nuevo reinó el silencio que le devolvió la paz y el sueño, mientras los pollitos picoteaban su sabroso maíz.


No hay comentarios: