sábado, 6 de marzo de 2010

JOMECO



Burrito del sueño...


Iba un burrito azul por un camino claro
y se durmió a la sombra temblorosa de un álamo.
El viento lo azotaba con su huasca celeste
y apretaba sus piernas de invisible jinete.
El arroyo estiraba su rendaje de plata
y la espuela del grillo finalmente sonaba.
Y el burrito soñaba que estaba en Nazaret,
con la Virgen María, y el Niño y San José.
Y el Niño lo ensillaba con montura de seda
y una rienda de luna y una rienda de estrella.
Y se iban remontando por caminos azules,
hasta que se encontraban más allá de una nube…
Y en la puerta del cielo se paraba al fin,
y San Pedro, ¡tan viejo!, corría para abrir.
Y el Niño lo metía por un prado celeste,
salpicado de yuyos, mariposas y mieles.
Y el burrito del cielo no quiso regresar.
Y en el camino nunca nadie lo pudo hallar.
Los gorriones en vano le preguntaban al álamo:
él les indicaba el cielo con su índice en alto.
Y dicen que en las noches el burrito se vuelve
a llevarse a los cielos a los niños que duermen.
Cierra, Ivelda, los ojos y oirás en la acera
el paso del burrito que a buscarte se acerca.


Oscar Castro
Profesor, novelista y poeta chileno (1910 – 1947)


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