domingo, 28 de marzo de 2010

DO 28/3 Evangelio y Vida por Fray José Muñoz, mercedario


¿BIENVENIDA?

Había gran expectación en la casa, hoy llegaba la tía Eugenia, que hacía tiempo se había ido a vivir a Europa, mamá hablaba mucho de su hermana y todos estaban entusiasmados. ¡Al fin algo nuevo en casa!, ¿Qué regalos traería?, ¡No todos tenían una tía en el extranjero!
Todos fueron al aeropuerto y cuando apareció con su equipaje, todo eran abrazos y besos, ¿vienes por mucho tiempo? Le decía el más pequeño. Unos quince días, respondía Eugenia. ¡Qué poco tiempo!, se quejaba otro sobrino. Ya veremos, ya veremos, decía el padre.
Con mucho entusiasmo volvieron a casa, entre gritos y risas, y, cuéntanos, ¿Cómo son los jóvenes por allí?, ¿Tienes una casa muy grande?, ¿Por qué no han venido los primos?, ¿Cómo consigues esa piel tan suave?, me gusta el peinado que llevas….
La alegría continuó, hasta que la hermana mayor se enteró que tenía que dejar su habitación a Eugenia y compartir la cama con su hermana menor.
Hasta que Alberto, aficionado a la música, recibió una recomendación de bajar el tono de la grabadora y no seguir aporreando la batería porque Eugenia tenía migraña.
Hasta que Luisito, el benjamín fue alejado de la televisión donde estaba conectando su Game Boing, porque era la hora de tomar el te.
Hasta que Fernando, el marido, se cansó de hace de taxista paseando a su cuñada a todas partes.
Entonces de forma unánime se podía escuchar a los miembros de la familia diciendo: ¿y cuando decías que te ibas? Parece que ya han pasado más de quince días. ¿No tienes familia en otra ciudad? Pero no pienses, ya sabes que eres siempre bienvenida.


 

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