viernes, 6 de julio de 2012

Con Otras Palabras por Pabel A. Alba Hernández

¿Qué te daré?

Van corriendo junto a mí ocho largos y cortos meses desde que inicié esta aventura en tierras españolas. Tristezas, alegrías, dudas, certezas, miedos, aprendizaje, soledad, cercanía, han acompañado mi viaje desde que llegué ¡No me puedo quejar! Simplemente que al pasar de los días me voy preguntando: ¿Estoy a la altura de esta llamada que Dios me ha hecho? ¿Haré feliz a los demás y seré yo feliz? ¿Por qué yo y no otros?

Sólo intento dejar que la gracia de Dios siga guiando e iluminando mis pasos y mi corazón. No voy con prisas, eso intento, el mañana traerá sus propios agobios. Creo y estoy confiado de que el mismo Dios que ha encendido esta llama en mí, me dará la mecha suficiente para ser luz, no una luz oculta, sino que ilumine a todos.

Junto a San Pablo alzo la voz de mi corazón hacia Dios y le digo “No es que lo dé ya todo por conseguido o que crea que ya soy perfecto, más bien continúo mi carrera por ver si puedo alcanzarlo, como Cristo Jesús me alcanzó a mí. Por mi parte, hermanos, no creo haberlo conseguido todavía, sin embargo, olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante, corriendo hacia la meta, al premio que Dios me llama desde lo alto en Cristo Jesús”.

Mientras pasan los días sólo me encomiendo al dueño de la mies. Aún queda mucho terreno por trabajar pero tengo la esperanza de que “El Señor nos mantendrá firmes hasta el final. Dios nos llamó a participar de la vida de Jesucristo, nuestro Señor. Y Él es fiel” ¿Te crees esto? ¡Vete y haz tú lo mismo!


PD: Para aquellos jóvenes que sienten y comparten su vida como vocación y que buscan incesantemente el rostro de Dios. Ellos saben quiénes son. ¡Ánimo, no tengan miedo!

No hay comentarios: