Como la flor
El camino era largo y caluroso. Una botella de agua no era suficiente para calmar la sed. Buscaban un lugar histórico, un lugar donde la vida se hizo más vida. Un lugar de libertad. No sabían que estaba tan distante, oculto sobre las montañas.
Cuando ya no quedaban ganas de seguir hablando llega de repente una flor, es la primera flor que había recibido. ¿Qué tipo de flor es? No lo sabe, pero lo que sí sabe es que quien la arrancó y se la dio tiene nombre y de ese sí se recuerda.
La sed que antes llevaba acompañado del cansancio ya había pasado a tercer plano, lo que ocupaba su mente y su corazón era la flor. Brotaron las ganas de caminar y caminar, de hablar, reír y compartir.
El lugar esperado, el lugar histórico ya estaba a sus pies. Pero él, luego de reflexionar se dio cuenta de que se había convertido en historia. Que esa flor, el camino y su amigo, iban a formar parte de su memoria.
¿Cuándo se volverían a ver? ¿Qué va a pasar cuando el camino termine? Ambos asintieron que no querían pensar en ello, era mejor simplemente vivir el momento, la experiencia que Dios les dio de estar juntos. El futuro es providencia, el mismo Dios que los reunió, los volverá a reunir. La distancia es corta cuando los sentimientos son fuertes.
Caminar y caminar. El camino es largo pero la compañía es segura. Déjate amar y experimentar el valor de la amistad. No tengas miedo. ¡Vete y haz tú lo mismo!
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