domingo, 4 de marzo de 2012

4/3 Evangelio y Vida por fray Santiago Rodríguez-Palancas, mercedario

UN ASCENSOR QUE SUBE Y BAJA

Este Domingo escuchamos el relato de la Transfiguración donde tres de los discípulos de Jesús suben al monte Tabor y allí ven una aparición de Dios que les revela que Jesús es el Hijo de Dios. Tuvieron lo que podríamos decir “una experiencia mística”. Ellos tienen la tentación de quedarse ahí arriba, porque la situación es placentera y cómoda. Pero Jesús les abre los ojos y les recuerda que deben bajar del monte y enfrentarse a la vida de cada día.

Después de escuchar ese Evangelio, me viene a la mente la idea de que para ser cristianos necesitamos tener un ascensor que suba y que baje, que nos eleve hasta Dios, pero que nos devuelva de nuevo a la realidad cotidiana. Además de subir y bajar todo ascensor tiene otra opción que es quedarse parado a una altura determinada.

Los cristianos necesitamos subir, bajar y detenernos:

• Subir para encontrarnos con Dios, subir para hacer oración, subir para escuchar la Palabra, subir para conocer los planes de Dios en mi vida, subir…

• Bajar para encontrarnos con los hermanos, bajar para estar con los pobres, bajar para conocer la realidad, bajar para trabajar por la construcción del Reino, bajar para ser más humildes, bajar…

• Estar parados para reflexionar, estar parados para ver hacia dónde queremos ir, estar parados para observar lo que hay a nuestro alrededor, estar parados para ver quién sube y quién baja, estar parados para no marearnos con las prisas de la vida, estar parados…

Y usted, hermano, hermana: ¿en qué situación está en este momento de su vida cristiana: subiendo, bajando o parado?

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