miércoles, 29 de febrero de 2012

Premio "Dejando huellas" para Pabel Alba - 4ª Edición LiberARTE 2012

“Llamados a la libertad

Llegan días en que como otros tantos me pregunto, ¿Por qué te has fijado en mí? Hoy es uno de esos días. Una semana atrás me enteré de que iba a recibir este premio, no me lo esperaba y creo no ser tampoco el idóneo para recibir tal reconocimiento por parte de ustedes. No es un Grammy, ni un Casandra, ni mucho menos un Oscar, es nuestro Liberarte, nuestro pequeño y grande premio, que brota de los corazones de jóvenes y adolescentes que tienen otra forma de vivir, de ver la vida.
Mi cabeza se llena de recuerdos, de aquellos inicios en que, con la ayuda incondicional de Luisa, decidimos iniciar en 2008, con nuestra pastoral. Muchos rostros han pasado por nuestra vista, unos se fueron y otros, como Irina, Emanuel, Alexander, Lázaro, Lorena y Mariel… se mantienen junto a nosotros.
Recuerdo también aquellos sábados en los que junto a Yanna recorríamos las calles y los supermercados en busca de los alimentos para el desayuno parroquial y sobre todo, para nuestra famosa sopa. No olvido tampoco aquellos domingos en la mañana en que nos reuníamos a compartir nuestra comida en familia, con la comunidad y al servicio de ella.
Cómo olvidar las cenas navideñas. Aquellas en que compartíamos la vida, el nacimiento de Jesús, que con timidez y vergüenza un servidor y Yasmin, salían a escena disfrazados del primer, pero chistoso traje que encontrábamos en nuestro cuartito de los regueros. ¡Qué días aquellos!
Que decir de los campamentos, el de niños, gestionado por nosotros; espacios en el que, a parte de aguantar muchos regaños y malas caras de mi parte, también pudimos conocernos y compartir lo que somos. ¿Y la Cuaba? Aquellos días inolvidables en que decidimos buscar nuestro tesoro y decirnos “nosotros podemos”, apartados del ruido, de la cotidianidad, de los celulares, pero no de la realidad, nuestra realidad.
No es nada fácil hacer un recuento de cuatro buenos años que hemos vivido.
La pastoral juvenil ha sido quien además, ha dado impulso a lo que soy, a lo que siento, a la vocación a la que me veo llamado. Encontrar el rostro de Jesús en adolescentes y jóvenes, el encontrar un espacio de vida y de crecimiento, ha sido para mí lo más satisfactorio a lo largo de mi historia vocacional.
Estamos llamados a vivir en libertad. El carisma mercedario nos invita y nos mueve a vivir de otra forma, diferente a los demás, a vivir en el darnos a los más débiles igual que lo hacen muchos de ustedes con los niños en la fundación. No dejen de creer que un mundo mejor es posible, que nuestra amada República Dominicana puede y tiene que cambiar y que para ello necesita jóvenes con valores, cuyo centro sea Cristo, y esos son ustedes.

Gracias por confiar en mí, por aceptarme, por ayudarme a conocerme, a encontrar más a Dios y por ayudarme a ser. Gracias también al equipo “Swat”: Yasmin, Yanna, Vicmarys, Luisa y Jomeco, que por mucho tiempo han compartido conmigo y que juntos hemos aprendido a afrontar tantas dificultades que se nos han presentado en el camino, pero que también hemos sido capaces de celebrar juntos la vida y de conducir a tantos jóvenes, por el camino de Jesús.
Ya queda menos para que nos volvamos a encontrar, el tiempo pasa rápido, ya son cuatro meses desde que emprendí esta nueva aventura. Sigan adelante, desde la distancia cuenten conmigo, en mis oraciones siempre están.
Un abrazo bien frio desde la Segarra.

Pabel Alba

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