martes, 21 de febrero de 2012

“Contenta, Señor, contenta” por Mariola López Villanueva, rscj

“Contenta, Señor, contenta”

Cuando escribo estas líneas estoy a unas horas de volar para Santiago de Chile. Soy medio aventurera y vuelvo a ese querido país, y con mis hermanas, diez años después de hacer allí lo que nosotras llamamos la “experiencia internacional” antes de la profesión definitiva. Me miro en aquel momento y sonrío a aquella muchacha tan poco libre y con tantos sueños. Desde entonces, he andado mis caminos de Emaús, la realidad no ha sido como la esperaba muchas veces, he pasado crisis curativas, y si en un principio podía pensar que era yo la que iba detrás del Maestro de Nazaret, ahora, con una claridad que me sostiene, siento que es él quien me lleva, que me vivo colgada de su misericordia.

Escucho una canción de Teresa Parodi: “soy feliz porque te tengo…porque estoy viva…porque voy de tu mano… ”, y siento esa alegría suave de existir, el inmenso regalo de gustar la vida junto a otros. Si algo he descubierto en estos años es mi pasta humana, mis “vigas”, esta realidad compleja y necesitada que somos y, a la vez, ese anhelo grande que nos habita de amor y de plenitud. Y descubrir que puedo dejarme querer en mi pobreza. Sí, quizás esto es lo que queda en el poso de estos años: dejarme querer en mi pobreza. Conozco más mi fragilidad y mis torpezas, pero conozco también más la anchura y la profundidad de un Amor que está empeñado en tomar nuestras vidas hasta el fondo, con todo. Disculpad esta especie de confesión (¿me estaré haciendo mayor?), mientras espero en el aeropuerto la vida de estos diez últimos años se me ha puesto encima, de pronto, con su equipaje, y no puedo más que tomarla. Se van cayendo las palabras, lo que una creía y pensaba, y va quedando cada vez más sencillamente el rumor de una Presencia: “era necesario que todo eso pasara”, y tantos rostros y momentos que hacen arder el corazón.

“Contento, Señor, contento”, repetía con frecuencia el santo chileno Alberto Hurtado. “Contenta, Señor, contenta”, quiero decir yo también después de todos estos años. Se vuelve tan buena y amable la vida contigo, se ve tanta belleza en los rostros y es tan dulce esta luz.

Fuente: http://www.rscj.es/

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