GRACIAS POR ESTAR AHÍ
Tengo mi mesa abarrotada de cartas -montones- sin contestar. En este momento hay en mi correo casi 200 e-mails sin respuesta. El administrador del sistema me comunica que mi espacio está lleno y ya no puedo recibir más correos si no borro y recupero espacio. Estoy desbordado de vuestro afecto y preocupación por mí. Quisiera escribiros uno a uno para agradeceros todo esto pero por ahora no lo veo muy fácil; me estoy incorporando a mi trabajo y tengo muchas cosas atrasadas y pendientes. Por eso he pensado en escribir esta carta general aunque yo la sienta particular. ¿Me lo permitís? No os oculto que he pasado unos meses –desde el 15 de junio que fue mi primera operación del tumor cerebral- muy duros y dolorosos; no sólo por mis dolores sino sobre todo por ver el sufrimiento que he ocasionado a mis padres y a mis hermanos/as, sobre todo, y también a mis amigos –los que me han quedado- He estado con un pie al borde del abismo de la muerte (puedo parecer exagerado pero así ha sido en verdad). He tenido la bendición de contar con un equipo de médicos excepcional, en lo profesional y en lo humano, y he sentido detrás la oración y el apoyo de una inmensa legión de gente buena, de mi comunidad, de mi parroquia, de las religiosas,de la buena gente de mi pueblo,Fuente el Fresno, de mis amigos… ha sido como un tsunami salvaje que en forma de amor ha llegado a mis playas y ha besado mis arenas. Sólo Dios puede saber, en verdad, el agradecimiento inmenso que invade mi corazón en este día de los Magos, en que escribo estas palabras a ratos, entre misa y misa. Y lo que parecía una amenaza de tormenta oscura y de noche de tinieblas ha terminado siendo un maravilloso amanecer de vivos colores al comienzo de este año 2012 que acabamos de estrenar.
Mi amiga María Ángeles López Romero, magnífica periodista y mejor persona, me ha regalado y dedicado su último libro, que estoy leyendo, con un título cuando menos curioso: “Morir nos sienta fatal”. En verdad la vida es muy hermosa y quisiera hoy gritar con vosotros: ¡Dios mío, quiero vivir! por favor, por favor… Os debo un abrazo estrecho que os iré dando en la primera oportunidad que tenga. Ahora, al menos, recibid estas letras como besos y abrazos que brotan de lo más profundo de mi corazón. Me estaba resultando difícil entender esto que me sucedía –después de tantos años de Teología y de sacerdocio- y tuvo que ser mi madre quien me dio la clave para entenderlo un poco. Uno de los días en que me curaba una herida de la operación me decía con sus ojos vidriosos: “Hijo, esto ha sido una prueba de amor”. Y no le faltaba razón. Hoy quiero agradecer a los Magos de Oriente todo el amor que me ha llegado de tantas maneras. Gracias por haber estado ahí cuando os necesitaba. Os he dedicado un librito donde cuento mi experiencia de quirófano, UVI y hospital, durante casi seis meses. No saldrá de inmediato pero saldrá. Se titulará: “Noche oscura, resplandor y estrellas” y lo publicarán las hermanas Paulinas. Os remito a ese librito si queréis saber algo más de mí y de esa enfermedad que me ha visitado por sorpresa. Gracias, amigos/as por haber estado cerca cuando me hacíais falta.Gracias.
Os pido una oración muy sentida por mi amigo Zacarías que, en mi pueblo, está sufriendo una situación parecida y también por Nacho a quien conocí en el hospital y ha sido también operado de un tumor cerebral. Tiene una esposa maravillosa y tres niñas preciosas. La oración tiene una fuerza espectacular. Gracias por seguir estando ahí.
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