Con Otras Palabras por Pabel Alba Hernández

¿Cuánto valen?

Leyendo a Mc 1, 1-18, me llegan varias ideas a compartir. Hoy especificaré mi mirada en el valor que tiene el endemoniado ante los cerdos, es decir, para los aldeanos esos cerdos tienen un mayor valor que la persona misma. Les explico por qué:

De paseo por las calles de Barcelona te encuentras con muchos tipos de personas, entre ellos están quienes van con su mascota (perro) para todos los lugares; hay quienes lo llevan a la panadería, al restaurante, a la farmacia… El andar con una mascota (al menos aquí en España, supone ir preparado, con bolso plástica, para recoger los desechos que su animal deje). Esta acción, el mantener limpia la ciudad me parece muy responsable, un acto de pertenencia ciudadana, pero muchas de esas personas, sin pretender juzgar, son quienes han enviado a sus padres y abuelos a asilos porque creen que asearlos y cuidarlos, les supone mucha carga.

¿Vale más un perro que tu propia familia o que cualquier ser humano? Lo dejo a tu conciencia.

Pero no hay que venir a España para saber qué valor le damos a las personas. En nuestro país hemos visto y es posible que hayamos sido partícipes de cómo tratamos a los haitianos. Le pagamos menos y le asignamos un trabajo mayor, queremos que no estén en la guagua (autobús) por las mañanas junto a nosotros o peor aún, que no participen o no sean tomados en cuenta en las actividades parroquiales. ¿Acaso no damos preferencia, respeto y valoración a otros extranjeros frente a los haitianos?

Debemos situar el evangelio de Jesús con nuestra vida, no debemos mandar o “desechar” a nuestros ancianos, a quienes dieron la vida por nosotros, en un asilo; pero tampoco debemos hacerle la vida miserable a tantos haitianos que intentan ganarse el pan de cada día en nuestro país.

¿Qué precio tienen las personas para ti? ¿Y para Jesús? Son dos ejemplos que pueden parecer dispares, son solo ejemplos. No es la realidad.

Busca el valor que los demás tienen para ti. ¡Vete y haz tú lo mismo!