Confiar
La vida, nuestra vida, está llena de alegrías y tristezas, amor y desamor, ilusiones y desilusiones, logros y fracasos, valor y miedo.
Llegamos a una etapa de nuestra historia en donde no le vemos sentido a nada, ni siquiera a nuestra existencia. Donde nos vemos intimidados por el desánimo y por las pocas ganas de luchar.
Esos momentos en el que se nos olvidan aquellos otros tan maravillosos en donde hemos visto nuestra plena felicidad. ¿Qué debemos hacer? ¿Descartar nuestra vida, nuestros proyectos solo porque en un momento determinado no vemos con claridad la meta que queremos alcanzar? ¿Estancarnos en un mar de llantos porque los planes iniciales, las ilusiones, ya han dado su propio giro, o mejor aún, han dado el giro que Dios quiere?
El proyecto de Jesús era cumplir la voluntad de Dios, y encontró muchos momentos en los que pudo haber tomado otra salida más rápida o más fácil y aún así no lo hizo. “Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” Lc 22, 42-43
Nos podemos sentir ahogados, con la soga al cuello, como que no podemos más y que el mejor camino ante cualquier dificultad es declinar. Pero Jesús, siendo Jesús, lo puso todo en manos de Dios, aquellos momentos sumamente difíciles, y dejó que Él hiciera su voluntad.
Medita tus proyectos e ilusiones con Dios, dialoga con Él cuando creas que todo está perdido. Deja que Él haga su voluntad, no la nuestra. Deposítate en la presencia del Señor y Él te ensalzará, alto, muy alto. ¡Vete y haz tú lo mismo!
1 comentario:
I like this BUEN CONSEJO :) :)
Att: PAVELITO
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