En este domingo la Palabra de Dios nos invita a vivir las Bienaventuranzas para poder entrar en el Reino de los cielos. A veces, esas bienaventuranzas nos quedan un poco lejanas y poco actuales, pero si las traducimos de otra forma, se pueden entender muy bien:
- Bienaventurados los padres de familia que sufren con un hijo o hija rebelde, porque de ellos es el Reino de los cielos.
- Bienaventurados los haitianos que vienen a nuestro país buscando una vida mejor, porque ellos encontrarán asilo y acogida en Dios.
- Bienaventurados los jóvenes que regalan su tiempo a los demás y colaboran con organizaciones solidarias, porque ellos son una muestra del Reino de Dios en la tierra.
- Bienaventurados los ancianos que viven solos y nadie les atiende, porque ellos encontrarán consuelo en Dios.
- Bienaventurados los catequistas y misioneros que de forma generosa anuncian el mensaje de Jesús a los pequeños y a los grandes, porque su esfuerzo será bien recompensado.
- Bienaventurados los niños que mueren en el vientre de su madre por causa del aborto provocado, porque ellos van directamente al Reino de los cielos.
- Bienaventuradas las mujeres que sufren la violencia física o psicológica de sus esposos, porque ellas encontrarán paz y justicia en Dios.
- Bienaventurados los niños que son obligados por los adultos a trabajar, porque podrán jugar y alegrarse con Dios.
- Bienaventurado tú, si en tu vida pones por centro a Dios, porque nada ni nadie podrá separarte de Él.
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