miércoles, 5 de enero de 2011

Con Otras Palabras por Pabel Álba Hernández

 
Mis ¨Metas¨ para el 2011

Feliz año nuevo…


Con la llegada de un nuevo año siempre vienen consigo deseos para mejorar nuestra vida. Unos piden salud, otros crecer económicamente, los hay también quienes desean tener más suerte en el amor, otros tener un carro. Algunos conseguir la visa norteamericana y/o europea. Los que esperan concebir un hijo. Cambiar de trabajo. Terminar los estudios. Tener las mejores vacaciones en el extranjero. Tener un celular último modelo. Comprarse la computadora más rápida y eficaz… y así puede seguir nuestra lista. Pero, ¿no nos falta algo?


Cuando termina un año nos ponemos a repasar en aquellas cosas que cumplimos o no de nuestros planes y deseos que para ese año tuvimos pero se nos olvida siempre preguntarnos y reflexionar sobre aspectos que deben ser más relevantes en nuestra vida. Por ejemplo, en qué medida toleré a las personas que me rodean, con qué facilidad y disponibilidad ayudé a los demás, cómo perdoné a quienes me ofendieron, en qué medida pedí perdón a la persona que le falté… esta sí que es una lista interminable que se puede llenar de actitudes positivas que nos ayudarán a ser personas completamente felices.


Por qué digo esto, porque tenemos la tendencia a pedir y añorar, tener aquello, tener lo otro, cambiar en tal aspecto y somos renuentes a detenernos y analizar qué realmente quiere Dios este año de mí y para mí. Se nos va el tiempo pensando en mejoría económica y social sin antes pensar que somos meros instrumentos de Dios y que como tal debemos estar dispuestos a ser utilizados, de la mejor forma, por ÉL para los demás.


Nuestras metas para este año necesariamente tienen que tener como primer deseo el acompañamiento y el seguimiento de Dios ya que si no es así nada por lo que nos esforcemos se nos cumplirá. Con Dios todo es posible y sin Él nada.


Estamos a tiempo de rehacer nuestras metas, planes y deseos. De poner a Dios nuestra vida, de preguntarle lo que nos conviene, de mantener una conversación con Él para darnos cuenta de qué es lo que Él quiere con nosotros, contigo.

Esas metas deben estar conducidas a mejorar nuestra vida espiritual y personal, pero sobre todo a ayudar a los más necesitados.


Mañana llegan los Reyes Magos y es una oportunidad especial para pedirle a Dios que a través de ellos nos traiga paz, amor, salud y comprensión a nuestra vida porque lo demás, si realmente estas cerca de Dios, vendrá por añadidura. ¡Vete y haz tú lo mismo!


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