lunes, 13 de diciembre de 2010

SEMILLAS PARA VIVIR por José Alberto Hidalgo O.P.



Queridos sembradores he sido testigo de la historia del BUEN SAMARITANO, que se actualizo el pasado sábado delante de mis ojos... con cierto dolor...


En horas de la mañana irrumpe una chica de 16 años al terminar la misa de la mañana, viene huyendo de una casa de cita, no quiere seguir allí, ella lleva 3 meses en la capital, viene de otra provincia, llega pidiendo ayuda, un sacerdote al que le pide que le escuche estaba apurado, la atienden 3 mujeres de la parroquia que oraban delante del Santísimo, otro sacerdote que llega es requerido por estas mujeres para que ore junto a ellas por la chica desconsolada y atribulada, para ver que solución puede encontrarse, ya que la chica quiere romper con el tipo de vida que lleva y no quiere volver a su casa ya que allí es inducida a mantenerse en ese camino ¿qué hacer en una parroquia católica con una chica que pide ayuda y no se quiere marchar?, el sacerdote llama a congregaciones que cuyo carisma es socorrer y acompañar a jóvenes y mujeres que han perdido el camino, pero en vano, unas de retiro, hasta el lunes no atienden, otras no pueden la chica es menor de edad y estaban saliendo, las otras no pueden...qué hacer...comenzar a llamar a quién? conocidos, amigos, daban consejos, luces, pero la realidad estaba ahí. Apareció en medio del tiempo una mujer consagrada, entrada en años, con canas venerables, iba para una misa, pero cedió su tiempo, espero, oró, quiso socorrer al sacerdote casi desesperado ante la angustia de qué hacer con esa joven... La abuela consagrada, con paz... decide llevar a la joven consigo, no importa que llegar tarde, está viviendo la eucaristía en la vida, es una mujer eucarística, luego se la llevará la joven a su comunidad...


Oren por esta realidad, acaba de ocurrir en la mañana del pasado sábado 11 de diciembre, TIEMPO DE ADVIENTO. ¿Qué caminos allanar? Jesús viene, viene siempre, ¿seremos capaces de acogerlo? Estemos atentos desde la Vigilancia Activa, el Señor puede estar tocando nuestros corazones para que le acojamos en unos de sus pequeños y podemos cerrarle nuestras puertas. ABRAMOS LAS PUERTAS DE NUESTRO CORAZÓN, ES EL MEJOR PESEBRE EN EL QUE JESÚS PUEDE NACER.


Gracias por su oración


Fr. José Alberto OP


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