miércoles, 8 de diciembre de 2010

Con Otras Palabras por Pabel Alba Hernández

 
Bien por ti


En estos días andaba en una OMSA (autobús del servicio público). Al entrar en aquel autobús me percaté que en los 2 primeros asientos estaban trabajadores de la misma empresa de guagua (estos al pertenecer a la compañía del Estado no pagan, sólo enseñan al conductor su carnet), me sorprendió que mientras muchos estábamos de pie, habiendo pagado nuestro pasaje, ellos disfrutaban de un cómodo asiento sin pagar un centavo. Eso me empezó a incomodar.

La guagua está completamente llena de pasajeros y en la misma hay unos asientos destinados a embarazadas y discapacitados que en ese momento eran utilizados por embarazadas. El hecho ocurre cuando en una de las paradas toma la guagua otra embarazada. Una señora se percató, al igual que yo, de que había dos trabajadores de la OMSA y que por lo tanto éstos debían cederle el asiento ya que, es una mujer embarazada y segundo, ellos no iban a pagar por ese servicio.

Uno de ellos se molesto enormemente por la propuesta decente y justa que le hiciera la señora y comenzó a insultarla. Todos los que allí estábamos apoyamos a la señora que reclamaba un asiento para alguien que ni siquiera conocía. Lo más indignante del caso es que ni el chofer ni la cobradora tomaron cartas en el asunto, al contrario, ignoraban a las personas que le pedían ayuda. Todo esto sucedió desde la Av. Máximo Gómez hasta los paraguitas que fue el lugar donde me desmonté, y la embarazada aún continuaba de pie y los dos trabajadores sentados.


La moraleja de esto para mí es que debemos defender nuestros derechos con respeto y decencia pero sin cansarnos y sobretodo que debemos procurar hacer el bien a los demás aun sin conocerles, ya que es ahí donde esta el mérito. En la medida en que vayamos ejercitando los valores humanos y/o sociales dentro de nuestro pequeño entorno, es cuando Dios nos dirá BIEN POR TI. No esperes que el mundo cambie, simplemente empieza a cambiar tu. ¡Vete y haz tu lo mismo!

¿Cual es tu versión o moraleja de este cuento?

 
 

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