Victoria
“Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso” Lc 23,35,43
Cuando contemplo a Jesús en la cruz no solo veo la imagen de Dios sufriendo, sangrando; sobre todo y ante todo veo la victoria de Cristo sobre el mayor mal: la muerte. El enfrentó la muerte y ganó la batalla porque “nadie le quitó la vida, sino que él la entregó libremente, porque él tiene poder para entregarla y poder para recuperarla de nuevo” (Juan 10,18); por eso nunca se opuso a ser crucificado, ni protestó cuando fueron a llevarle preso, porque el reinado de Jesús es el reinado de los débiles sobre los fuertes como dijo en las bienaventuranzas: dichosos los pobres, los perseguidos, lo que lloran, los que sufren… Este poder Jesús lo pone en nuestras manos para que ningún mal nos haga daño interiormente a menos que así se lo permitamos. El filósofo griego Nikos Kazantzakis dijo: “Hombre maravilloso, tienes lápices, tienes pinturas, tienes lienzo, ¡pinta el paraíso y entra en él! Este es el reto que tenemos por delante.
Como un señor que cuando salía a comprar el periódico, todos los días saludaba al vendedor aunque este nunca le respondía el saludo. Un día un vecino que observaba siempre esta escena le preguntó ¿por qué seguía saludando al vendedor de periódicos? A esto el señor le respondió: yo vivo mi alegría saludándole, el vendedor es quien elije si me responde o no. Ambos somos libres para amar y nada me impide ser amable con él.
Cristo Rey me muestra que yo puedo vivir el reinado de los débiles ¡Pinta el paraíso y entra en él!
Jesús te bendice. Miguel Angel
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