miércoles, 3 de noviembre de 2010

Con Otras Palabras por Pabel Alba Hernández



Camino Mercedario... ¡Tú Puedes!


Esta historia creo que les puede gustar:

Todo empezó en una celebración eucarística un miércoles de ceniza a los 14 años de un joven cuando en los avisos parroquiales anunciaron que se iba a celebrar unos encuentros pre-pascua. Aquél joven se animó y vivió una Semana Santa diferente y única. Al terminar todos los encuentros, le invitaron a participar de un grupo de jóvenes que todos los sábados se reunían a ver a un Jesús diferente, más cercano, más humano y el ni corto ni perezoso, acepta. Se incorpora rápidamente a los trabajos del grupo con tanta dedicación y esmero que para el año próximo le invitaron a formar parte del grupo que preparaba el campamento infantil.

Mientras continúa en aquel grupo va sintiendo algo por dentro muy extraño pero a la vez asombroso, un deseo y motivación de ser sacerdote. Al parecer esos deseos y cualidades que poseía ese joven fueron vistos por otras personas entre ellos uno de los sacerdotes de su parroquia y por ello decide invitar al joven a una convivencia vocacional que tenían mensualmente. Aquél joven lanzado de 16 años no lo piensa dos veces y responde con un si. Encuentros van y encuentros vienen y aquella llama de entrega y servicio iba creciendo grandemente en su corazón.

Llega el momento decisivo cuando el joven termina su bachillerato y decide hacer una experiencia de seminario. Lleno de inseguridades y miedos junto con el apoyo a medias de su familia, se lanza a aquella aventura con tan solo 17 años.
Al pasar un año de seminario en aquella comunidad, lleno de momentos buenos y de otros que se pueden mejorar, él tiene deseo de ver otras posibilidades en su vida, otro estilo de vida. Decide darse un tiempo de reflexión fuera del seminario y de estudiar una carrera diferente a la que ya había iniciado.

Pasa un semestre en la universidad pero se da cuenta que había un vacío en su corazón que no conseguía llenar con nada de lo que tenía y que añoraba volver a su vida anterior. Después de haber reflexionado sobre hacia donde quiere encaminar su vida, ingresa nuevamente al seminario.

Estando allí nuevamente y con otras perspectivas va viendo diariamente que su vida puede ir encaminada por ese estilo de convivencia, fraternidad y entrega. Por la vida religiosa.

Gracias a todo lo que ha pasado en la vida de ese joven desde ese miércoles de ceniza hasta hoy, yo Pabel Alba a los 19 años puede contar esta historia, mi historia vocacional.

En esta semana en que pedimos por las vocaciones, te invito a ti joven, a que te sientes a reflexionar y que veas en este Camino Mercedario un espacio de crecimiento, de entrega. Un estilo de vida atractivo, diferente y sumamente gratificante.

El Camino Mercedario está lleno de oportunidades para ti, piénsalo y luego me comentas. ¡Vete y haz tu lo mismo!



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