domingo, 24 de octubre de 2010

LD: Lectio Divina por Miguel Ángel Arias Perez, Monje Cisterciense


Gracia


“Cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan…”  Lc 17,5-10

Cuando oré este Evangelio acabé pidiéndole perdón al Señor por todas las veces que me quedo mirando “mi servicio, lo que hago, mi valioso trabajo, mi entrega”, ya que Jesús dice a sus discípulos muy claro cuando hayan hecho todo lo que se les mande. Y me pregunto: ¿He hecho yo todo lo que el Señor me ha mandado? ¿En qué momento sintió San Francisco de Asís o Santa Teresa, o la Madre Teresa de Calcuta, o tantos otros como ellos, que han hecho todo lo que el Señor les ha mandado para entonces poder decir somos siervos inútiles, hemos hecho todo lo que teníamos que hacer? Considero que estos santos partieron a la casa del Padre con el pensamiento de que nada habían hecho comparado con todo lo que el Señor hizo, hace y hará siempre por nosotros.

Y esto considero que es la Gracia; todo nos ha sido dado y nos es dado: la vida, las fuerzas, el sol, el agua, la naturaleza, la salud, el amor, la amistad, etc.; esto es así por pura gracia, por puro amor de Dios. Para Jesús enseñarme esto más claramente, más adelante él mismo se amarra una toalla a la cintura y se pone a lavarle los pies a los discípulos, mostrando que él es el verdadero servidor, aún más, se queda con nosotros dándose a comer y a beber en su Cuerpo y en su Sangre, por pura gracia, por puro don, por puro amor.

Jesús desea que yo me de y me entregue también a El y a los demás por pura gracia, sin buscar recompensa ni premios ni títulos que mucho bien hacen a nuestra autoestima, pero sólo cuando llegan por sí solos, no cuando los estamos buscando. Y cuando llegan solo me queda decir en mi corazón: Gracias Señor por tu gracia, porque todo viene de Ti.
 
Jesús te bendice. Miguel Angel


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