miércoles, 8 de septiembre de 2010

Con Otras Palabras por Pabel Alba Hernández



Hay un país en el mundo



Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol, Oriundo de la noche. Colocado en un inverosímil archipiélago de azúcar y de alcohol. Sencillamente liviano, como un ala de murciélago apoyado en la brisa. Sencillamente claro, como el rastro del beso en las solteras antiguas o el día en los tejados. Sencillamente Frutal. Fluvial. Y material. Y sin embargo sencillamente tórrido y pateado como una adolescente en las caderas. Sencillamente triste y oprimido. Sinceramente agreste y despoblado.
Pedro Mir
   ¿Vivimos en ese país soñado por Pedro Mir? ¿Es esta la patria de Duarte, Sánchez y Mella? Los sucesos ocurridos en los últimos meses en República Dominicana me han motivado a escribir estas líneas. Escribir para intentar ser la voz de los que no tienen voz y que piensan sobre esto igual que yo. Escribir como forma de desahogarme. Escribir para intentar plantar una mínima solución.

Elecciones compradas; policías que matan; inauguraciones de obras inconclusas; promesas incumplidas; corrupción gubernamental; falta de energía eléctrica… ¿A dónde llegaremos? ¿Cuál debe ser nuestra posición como joven, ciudadano y cristiano?

Nuestro cristianismo, aquél que hemos recibido y aceptado por medio del bautismo y la confirmación, nos invitan a no quedarnos de brazos cruzados en los bancos de las iglesias ni a conformarnos con oración. Nuestro deber cristiano, como Jesús, es denunciar (siempre en el marco legal y social posible) las injusticias que puedan surgir en nuestra sociedad.

Nuestro compromiso como cristiano es a formar el Reino de los Cielos aquí en la tierra, donde nos ha tocado vivir. A ejercer el derecho al voto con nuestra conciencia clara de qué es lo mejor para el país, no para mí ni para un grupo reducido, sino para todos.

Si somos como los que se conforman con simples promesas; con políticas sin discurso, entonces nuestro nombre de cristiano está en duda. Somos entes sociales, llamados a trabajar y amar donde impere la igualdad y el respeto. Mientras nos quedemos sosegados sin decir ni siquiera una palabra, nuestra tierra no va a cambiar. El trabajo es de TODOS.

Cuando nuestro país verdaderamente cambie es cuando nos podremos llamar CRISTIANOS. De lo contrario nos toca luchar por ese fin hasta alcanzarlo. Sé que una gota de agua no conforma un río, pero también sé que si muchas gotas de agua se juntan podrían ser un océano. ¡Vete y haz tú lo mismo!


Postdata: Mi comentario no está manchado de ninguna ideología política partidaria existente en nuestro país, sino es un grito de “basta ya” a todas las politiquerías que a diario vemos, y además es, un intento de motivar la crítica constructiva que nos lleve a un país mejor. ¿Qué me dices?


2 comentarios:

Anónimo dijo...

PAVEL, MUY DE ACUERDO CONTIGO SI TODOS LOS QUE NOS LLAMAMOS CRISTIANO HICIERAMOS ALGO TAL VEZ ESTOS MEJORARAS, PERO NOS CONFORMAMOS Y NOS QUEDAMOS CALLADO, ES HORAS DE EMPEZAR A ACTUAR, AUNQUE SEA CAMBIANDO NOSOTROS MISMO. TOTAL SI CADA UNO LO HICIERA LA SOCIEDAD CAMBIARIA. LA SEMILLA ESTA REGADA ESPEREMOS QUE GERMINE...FELICIDADES POR TAN ACERTADOS COMENTARIOS.
Iluminada

Miguel Angel dijo...

eso si es verdad pabel tenemos un pais totalmente coronpido en cual esta lleno de corrucsion y malda
me enfoco mas a la falta de cristo en nuestra sociedad ya que la mayorias de la personas buscan de los medios de (diversion que ofrece nuestro pais) desde la musica que lo que mas inpira y transmite a la sociedad es violencia opino que para tener una mejor sociedad devemos cambiar muchas cosas de nuestra cultura actual si nos enfocamos en los tiempos antiguos de nuestra sociedad podemos darnos cuenta mediante textos que nuestro pais anteriormente era un pais de personas humirdes por lo cual si conocemos mas nuestra cultura talves podemos cambiar y no devemos dejarlo para el final sino hacerlo haora mismo.