viernes, 27 de agosto de 2010

DO 29/8 Evangelio y Vida por Fray José Muñoz, mercedario



¿QUÉ LUGAR ME CORRESPONDE?

Llevaba veinte años en la empresa, no había faltado a ninguna de las actividades que el jefe organizaba fuera del trabajo. Procuraba cumplir las órdenes de su superior inmediato. Se ofrecía voluntario cada vez que que había que realizar horas extras, y en ocasiones, sin sueldo añadido. Era fijo en los talleres de fin de semana que la oficina de recursos proponía.

Y justo la semana pasada se había producido una vacante al dimitir su jefe superior inmediato. No había nadie entre él y ese puesto que supondría su ascenso esperado.

En su mesa le esperaba un sobre de la empresa, pero no era el nombramiento sino una invitación a la cena que el jefe organizaba con motivo del aniversario de la fundación de la empresa. Quizá durante la cena le comunicaran la buena nueva.

Llegó a la recepción con sus mejores galas, el nombramiento bien valía un pequeño gasto suplementario. Se fue acercando al lugar que, supuso, le correspondería por su futura nueva posición, pero no encontró su nombre, sin embargo si estaban los de otros compañeros que habían llegado a la empresa mucho después que él. Estaba a punto de protestar airadamente por tamaña injusticia, pero recuperó la compostura y se acercó a un compañero de su mismo rango.

-¿No te parece estraño -le dijo- que Felipe y Roberto estén en los puestos de honor, cuando son de una promoción más tardía que la nuestra, no escuchan a su superior, suelen llegar tarde y no respetan las normas de la empresa?

-Si, estoy de acuerdo, no son ejemplares, pero me han dicho que los van a nombrar director y subdirector de sección, gracias a una propuesta creativa de ellos la empresa consiguió un cliente que piensa gastar un dineral. Me parece que tú y yo nos seguiremos sentando al final.

 
 

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