viernes, 5 de marzo de 2010

DO 7/3 Evangelio y Vida por Fray José Muñoz, mercedario


¡OTRA OPORTUNIDAD!

… Y el viñador cumplió su cometido, cavó alrededor para esponjar la tierra, puso abono abundante,… y pasado un año volvió para encontrarla igual, sin fruto. Siguiendo las órdenes del amo se dispuso a cortarla, aunque el no podía, o no quería saber porque la higuera no había dado fruto.
No sabía que después de abonarla algunos animalitos como el escarabajo se había llevado rodando parte de ese abono orgánico, como es su costumbre, privando a la higuera de parte se su alimento.
No sabía que algunos animales como el caballo y el burro venían a tumbarse a la sobra de la higuera y aplastaban la tierra, privando al suelo de la suficiente oxigenación.
No sabía que las vacas tenían la costumbre de restregar su lomo en el tronco, produciéndole fuertes grietas que impedían la buena circulación de la sabia.
No sabía que también el gato venía a desgastar y afilar sus garras en la corteza profundizando en esas heridas.
No sabía que las cabras ramoneaban en las ramas bajas comiéndose las hojas y los brotes primaverales.
No sabía que los pájaros estaban al acecho y apenas apuntaban algunos botones iban a picotearlos impidiendo que se convirtieran en jugosos frutos.
No sabía que aun quedaban muchas ramas secas que impedían el crecimiento de las nuevas.
No sabía que al píe de la higuera se había instalado un topo que a fuerza de perforar túneles dejó la mitad de las raíces al aire, y no podían enviar al tronco el alimento.
No recordaba que ese año apenas había llovido.
No sabía de los vientos que azotaron la copa de la higuera.
No sabía que mientras el se preparaba para cumplir con su cometido la higuera se sentía triste, porque a pesar de haber realizado su mejor esfuerzo no le habían ayudado a desprenderse de las malas influencias externas que le habían impedido dar fruto.

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