martes, 9 de febrero de 2010

BUSCADOR DE TESOROS por P. Javier Gutierrez, mercedario


Haití

El temblor impío destrozó sus vidas
agitando el suelo con furor letal.
La campiña yace como tumba fría,
los escombros cubren lo que fue ciudad.

Cantan las campanas repicando altivas
la tonada muerta del que muerto está.
Huérfanos y viudas lloran la partida
del que fuera esposo, del que fue papá.

¿Dónde están los niños que cantaban risas
con el tierno juego de su tierna edad?
¿Dónde los adultos con su eterna prisa
por llevar ansiosos de su casa el pan?

La despensa austera se quedó vacía.
Un sepulcro cubre lo que fue ciudad.
Sólo queda un rayo de esperanza tibia:
el Amor se tiene si el Amor se da.

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