sábado, 14 de noviembre de 2009

Yo Soy Feliz ¿Y tú?... ¿Qué esperas? por Luisa Simón

La búsqueda del propósito de vivir ha intrigado a la gente por miles de años. Eso ocurre porque solemos empezar por el punto de partida errado: nosotros mismos. Nos hacemos preguntas como: ¿Qué quiero ser? ¿Qué debo hacer en mi vida? ¿Cuáles son mis metas, mis anhelos, mis sueños con el futuro?
De igual manera, no puedes llegar a la conclusión de tu existir centrándote en ti mismo. Dios es tu Punto de partida, tu Amigo, tu Padre, tu Creador. Así se enciende una chispa, una luz, una esperanza, una vocación. Dios es Vocación.
Es una llamada inesperada e inequívoca a tu vida, es la luz que manifiesta una vela, es el alimento espiritual que tu vida siempre necesita. Son las huellas que se presentan en tu camino, un camino de felicidad, sí de felicidad. Eso es vocación, una llamada de felicidad, de servicio, de amor con Dios y para Dios. Una puerta que se abre y que está dispuesta a abrir otras.
En ocasiones, podemos darnos cuenta cuán diferentes somos unos de otros. Cada quién con uno que otro toque personal, con diferentes números telefónicos. Por tanto, cada llamada a la vocación es diferente y única. Es solidaridad, entrega, confianza, firmeza, pero sobre todo es Amor, amor a Dios.
Y como dice Su Palabra: “Muchos son los llamados, pero pocos los escogidos ¿Y tú?… ¿Qué esperas?

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