miércoles, 4 de noviembre de 2009

Libera, comparte y sé FELIZ… Por Pabel Alba Hernández

Desde que nacemos (si lo hacemos en una familia cristiana-católica) nos inculcan a llevarnos bien con los demás, a obedecer a nuestros padres y mayores, y sobre todo a asistir a la misa todos los domingos. Cuando vamos creciendo y adquiriendo cierto grado de madurez y con ello mayor grado de conocimiento de Jesús-Dios nos damos cuenta que el seguirle va mas allá que asistir dominicalmente a la misa, de decir yo creo en esto o en aquello… va unido obligatoriamente con un compromiso de acción, de desprendimiento, de entregarse, de ser como ese pan (Jesús) que se parte y se comparte.
Traigo esto a colación ya que al igual que Jesús muchos jóvenes de nuestra parroquia han decidido ser pan, no pan duro que todos desechan, sino mas bien pan blando que todos quieren tocar, oler, mirar, sentir, pero entre otras cosas probar. Y para nosotros los jóvenes ser pan es dar lo que somos y tenemos a favor de una causa que creemos justa, necesaria y por la cual nos jugaríamos la vida si fuera necesario, el Proyecto de Niños Limpiabotas.
Pero, ¿a qué se dedica este proyecto? Este espacio no es más que aquel preparado para que los niños que trabajan de limpiabotas en las calles puedan desarrollar sus cualidades artísticas y humanas y además pueden disfrutar de la etapa en la que se encuentran, la niñez.
Liberar es lo que muchos jóvenes hacemos cada sábado de 8:30 a 11:00 AM en nuestra parroquia, ayudamos a que esos niños encuentren un espacio donde el único requisito es que puedan ser ellos y puedan expresar lo que sienten de formas distintas (juegos, manualidades, canciones, pintura, etc.)
Compartir no es más que intentar ser nosotros, dar lo que tenemos ante aquellos que carecen de un saludo de buenos días, de un abrazo, de un cariño especial.
Cabe destacar, que la verdadera felicidad no es aquella que esta basada solamente en lo material, la verdadera felicidad es aquella en la que podemos ser nosotros, en la que podemos ayudar a los demás, en la que podemos compartir ese don tan apreciado que llevamos dentro, el don de amar sin esperar nada a cambio.
Felicidad es encontrar a Jesús-Dios en los necesitados, en los pobres tanto económicamente como espiritual, es compartir tu vida con los demás, es arriesgarte e ir a contracorriente, felicidad es liberar, felicidad es la Merced.
Por eso yo te invito, a que al igual que yo escuches a Dios en tu corazón y te decidas a ser parte de este gran sueño que día a día intenta ser más real, el proyecto de niños limpiabotas.
Y una frase célebre nos podría ayudar a entender el modelo de un cristiano, ¨La vida se nos da y la merecemos dándola (Tagore). Que podamos entender que una vida sin entrega y sin amor, no es una vida completamente feliz. Que Dios nos ayude a encontrar esa felicidad y que junto al camino de la Merced no nos detengamos en construir un mundo sin ataduras, sin cohibiciones. Un mundo repleto de misericordia y de amor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Verdaderamente Impactante el titulo....Sino vivimos para servir no servimos para vivir